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Posts Tagged ‘Leviticus’

El estudio de Levítico en el siglo veinte no puede ser resumido sin destacar el nombre de Jacob Milgrom. Los escritos magisteriales de Milgrom dan evidencia de una amorosa imersión en la literatura sacerdotal.

Este erudito crítico logra mostrar en cada sílaba de su acogedora prosa un profundo respeto por los valores que el libro procurar transmitir. Es más, Milgrom considera los ritos sacerdotales como valores inscritos en ceremonia. No se puede comprender una ley levítica en su espléndido—o tedioso—aislamiento. Al contrario, es necesario ver cada pronuncamiento como un elemento en un sistema global que pretende llevar a Israel a la escuela para que ahí aprenda los valores que necesita para realizar una vida significante en la presencia de YHVH.

Si presentas una ofrenda de cereal cocida en la sartén, la ofrenda será de flor de harina sin levadura, amasada con aceite. La partirás en pedazos y le echarás aceite. Es una ofrenda de cereal.

Milgrom afirma que las palabras fallan. Por un lado, no penetran a la comprensión de las personas menos ‘letradas’. Por otro lado, es fácil olvidarlas. (more…)

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El horno reclama su espacio en el mantenimiento del equilibrio entre Israel y su Dios cercano.

No puede faltar la participación de manos que saben no quemarse, dedos que han aprendido a ejercer su debida agilidad con fuego y calor que pueden destruir la piel de un ser humano o producir el pan que sustenta si vida.

Si presentas una ofrenda de cereal cocida al horno, ésta será de panes de flor de harina sin levadura, amasados con aceite, o de obleas sin levadura untadas con aceite. Si presentas una ofrenda de cereal cocida en la sartén, la ofrenda será de flor de harina sin levadura, amasada con aceite. La partirás en pedazos y le echarás aceite. Es una ofrenda de cereal.

Los sencillos elementos de la vida cotidiana, en su indicada combinación, agradan al Creador del pueblo en una forma que no se distingue tan radicalmente de su efecto entre la misma comunidad humana que sabe aprovechar de la lluvia y el sol que YHVH crea para sembrar, cosechar y hornear para que la vida continúe un día, una temporada, un año más.

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La cantidad de personajes involucradas en la transacción del holocausto es reducida. Resulta ser una operación sencilla y, en el mejor de los casos, íntima.

El texto que estipula las acciones requeridas es precisa y exacta, pero deja cierta duda con respecto al sujeto de ciertos verbos de acción. Por ejemplo, parece—pero no sin discutir—que el hombre que ofrecía el ganado en 1.3 y pone su mano sobre la cabeza del animal en 1.4 es también el sujeto que degolla el ganado en 1.5. De ser correcta, esta interpretación, el ofrendador asume una función activa en el rito. Su participación es parte de la transacción que pretende restaurar o mantener el equilibrio en su relación con YHVH.

Pero existe una participación anterior a este detalle. En por lo menos dos de los tres escenarios presentados en el primer capítulo de Levítico, el ofrendador trae un animal que él mismo crió. Su ofrenda no depende de la suerte de la calle ni la de la caza. Es más, es un macho sin defecto. Es decir, la ofrenda es costosa.

Lo mismo es cierto, aunque la dinámica económica es distinta, en el caso del pobre que ofrece un ave (1.14-17). El también asume el costo de adquirir el ave; presumiblemente, se lo compra a una tercera parte.

La sencillez o intimidad del rito en conjunto con la provenencia del animal ofrendado se combinan para amarrar al ofrendador y su familia en un proceso notablemente personal. El ofrendador ofrece lo suyo; él se identifica con el animal en su experiencia; él mismo lo degolla.

Solo el ofrendador, el animal, el sacerdote, y YHVH están presentes. En la legislación levítica, el papel del sacerdote se limita al instrumental.

Un participante no sobrevive la transacción. Uno se prepara para repetir su función instrumental con el ofrendador que sigue. YHVH, conforme al resultado que el texto nos invita a anticipar, abandona la distancia o inquietud que hubiese sentido para con el ofrendador. Éste se va con la paz que resulta a partir de la harmonía restaurada.

Se ha pagado un precio. Se ha realizado una transacción.

El deficit relacional ha sido correspondido.

La vida puede continuar.

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El sistema sacrificial afirma la importancia de lo creado, lo natural y lo cotidiano.

Si alguien presenta al SEÑOR una ofrenda de cereal, ésta será de flor de harina, sobre la cual pondrá aceite e incienso.

Cuando YHVH por medio de su agente Moisés establece las formas y las acciones por medio de la cuales los israelitas mantendrán una correcta relación con su deidad, él escoge materiales que nutren la vida en la diaria rutina del pueblo. Vaca, oveja, pájaro, grano … estos son los fundamentos de la vida. Se tocan, se elaboran, se cultivan, se crían. El ser humano entra en relación corporal con estos elementos de la vida. En su momento, él los consume. Sin ellos, la vida termina. Dadas cantidades adecuadas de ellos, el pueblo come y sobrevive un día más.

El sistema levítico digna lo fisico y lo cotidiano. El sistema valora los materiales y los ritmos de la vida normal, considerándolos adecuados para mediar la relación entre los israelitas y YHVH. No se acude a medios místicos ni exóticos. Se emplea lo creado y lo normal para fines que ponemos en riesgo cuando les atribuimos el adjetivo ‘religiosos’.

Cultivo mis matas. Cuando convierto su grano en harina, tal y como lo hicieron mis padres, mis abuelos, y los padres de mis abuelos, le doy de comer a mi familia y presento una porción a YHVH y una parte de ésta a los sacerdotes.

YHVH está cerca. Los medios de servirle, aún más.

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El código levítico establece una transacción que es vital para que el Israelita y su familia convivan con un Dios exigente.

Reconocemos esta lógica en la legislación sobre el holocausto. El animal que el ofrendador presenta se recibe en lugar de la persona que toma la iniciativa de realizar un holocausto.

Aunque parezca rudimentaria la observación, es importante hacerla. Existe un déficit en la situación del Israelita ante el Dios que habita en la tienda de encuentro a las márgenes de la misma comunidad. Es de crítica importancia que este déficit se resuelva conforme al intervalo apropiado. El faltante en la situación parece merecer la muerte del Israelita, es decir, representa un dilema existencial en lugar de un mero inconveniente. (more…)

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Aunque la legislación mosáica milita en contra de las grandes diferencias económicas que caracterizan nuestras sociedades modernas, el sistema sacrificial a la vez demuestra un realismo económico. El primer capítulo de Levítico traza los lineamientos de la acción ritual de presentar holocaustos delante de YHVH en la llamada ‘Tienda de Reunión’.

Nuestra biblia hebrea se divide en porciones aptas para la lectura confirme a un sistema oficializado por los masoretas, custodios del texto y de su lectura que fechan de épocas medievales. Estos cariñosos y rigorosos guardianes del texto de Levítico dividieron aquella parte que para nosotros consiste en su primér capítulo en secciones conforme al tipo de animal que se ofrecía como holocausto. (more…)

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El primer trozo del libro bíblico que llamamos Levítico en honor a su preocupación con la labor sacerdotal de los hijos de Leví inicia el empleo de dos vocablos cuya presencia representa un fenómeno estable a lo largo del proyecto. Se trata de las palabras traducidas por ‘aceptable’ (hebreo: ratson y sus derivados) y ‘grato’ (hebreo: noach).

Las expresiones indican que existe un problema de dos facetas.

En primer lugar, existe la posibilidad de una estado de no ser aceptable.

En el segundo, figura la presencia de alguien que necesita ser complacido.

Este dilema doble entra como la estructura profunda sobre la cual la historia de Israel en el Pentateuco y más allá se desenvuelve. (more…)

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    It often seems as though events move too quickly.

    We feel we live in a reality that is far too fluid. We wish for some stasis, a chance to catch our breaths. We are overcome, sometimes, by nostalgia for a time when things remained the same. Perhaps this static time exists only in our minds, perhaps it once existed in the wider reality. Regardless, it seems not to exist now.

    Even this meeting of the Overseas Council Europe (OCE) board occurs in a moment of pronounced change. We have a new director, the possibility of some newer board members, a new and close friendship between Andreas Kammer and the leader of OCTeam in the United Kingdom, to say nothing of his personal and professional network among the OC affiliates of Canada, Australia, New Zealand, and the United States. (more…)

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The final chapters of the book of Leviticus mark out Israel’s two fundamental choices and their consequences in terms of YHWH’s blessing and curse. Here all the particulars of priestly legislation fall away, throwing into view only the largest features of the moral landscape. A choice for YHWH means a decision to live by his judgments and statutes. Its recompense is his blessing in the most earthy, satisfying form. The contrary choice represents a decision to live like all the other nations, outside of the exclusive, covenantal relationship that YHWH desires. It will bring down, we are told, wasting curse upon the people.

Yet the resolute dualism of Israel’s options and her destiny are not precisely symmetrical. YHWH’s tenacious fidelity excludes any mechanistic and level playing field, any notion that naked human will were the only variable in play. (more…)

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In circles far removed from that insight into human affairs that is native to ‘honor-shame’ cultures, a quick and easy reflex dispenses with all talk of helping a man save face. We are about truth, we flatter ourselves. Not for us the fudging of responsibility’s sharp edges. Let the chips fall where they may and good people who have fallen into difficulty with them. (more…)

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