El salmo 103 insiste que vivimos en un mundo en el que una clara visión lleva a la gratitud.
La bendición es realidad. No reconocerlo significa que alguien se ha quedado ciego, quizá aún que ha sucumbido a una mentira.
Sin embargo, la gratitud requiere una elección—y aún aquella elección continua que se convierte en disciplina—porque por alguna razón desconocida somos propensos a olvidar. La bendición es un hecho, pero la gratitud rara vez ocurre por naturaleza. Requiere practica, disciplina, incluso cultura, para que la bendición se responda con acción de gracias.
Es por esto que el salmista emplea la figura extraña de exhortar a su propia ‘alma’ a que bendiga al Señor. No es que las bendiciones de YHWH son difíciles de ver, es solo que son fáciles de perder. Son más fáciles aún de olvidar.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él es el que perdona todas tus iniquidades,
el que sana todas tus enfermedades;
el que rescata de la fosa tu vida,
el que te corona de bondad y compasión;
el que colma de bienes tus años,
para que tu juventud se renueve como el águila.El Señor hace justicia,
(Salmo 103:2–7 LBLA, énfasis añadido).
y juicios a favor de todos los oprimidos.
A Moisés dio a conocer sus caminos,
y a los hijos de Israel sus obras.
La mayoría del tiempo el último recurso de interpretes sinvergüenzas es insistir que ‘el idioma original afirma verdades que no se entienden en la traducción’. Sin embargo, en este caso es parcialmente cierto.
Las palabras en cursiva son participios del idioma hebreo. En al hebreo clásico el sentido de este es usualmente una actividad continua. Aunque no puede ser el caso con la última cadena de participios—YHWH dio a conocer sus caminos a Moisés solo en el pasado—la preponderancia de la evidencia sugiere que debemos bendecir al Señor aquí precisamente como aquel que habitualmente actúa de esta forma. Es su naturaleza, su hábito divino, el trabajo fácil de su mano derecha.
Sería una carga para el idioma, pero tendría más sentido traducir esto con la forma del definitivo en inglés, junto con un gerundio: El que está perdonando…El que está sanando…El que está redimiendo…El que está rodeando…El que está satisfaciendo…
En pocas palabras, así es como es YHWH. Tú puedes contrastarlo con otros señores, si quieres, y dar gracias porque has caído bajo el cuidado de este.
Cuando vemos claramente, en un mundo gobernado como este salmo insiste en que el nuestro es gobernado, bendecimos a su Gobernante. Le damos gracias. Nos volvemos agradecidos.
No se nos pide aquí que superemos la realidad con esfuerzos psicológicos. Se nos pide que veamos las cosas como son.
De lo contrario, sería lo más extraño, como los tropiezos de un ciego, los placeres infundados del adicto a conspiraciones, o la mujer que se ha apartado totalmente de la realidad.
¡Escucha, alma mia!
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