Aquella sección del libro de Isaías que normalmente se define como los capítulos 56–66 expresa la gran desilusión resultante de no ver cumplidas las promesas de Dios.
Este texto enfatiza la irresponsabilidad de la comunidad del Retorno (después de 539 a.C.) como la triste consecuencia reflejada en una Jerusalén que no brilla con la justicia y gloria que le fueron prometidas.
En este panorama, se prescinde ‘del hombre justo’ con el fin de asegurar su propio bienestar. Al parecer, él no merece la decadente amargura de su generación.
Los que si se mencionan, son los que se ocupan de liturgias aberrantes caracterizadas tanto por su fuerte contenido sexual como por el activismo religioso que las alimenta. Los versos constituyen un catálogo de conductas prohibidas por la tradición mosaica y profética, ahora pan de cada día en una Sión que se ha olvidado de centrarse en su deidad y por ende, corre en pos de cualquier respuesta esotérica.
El texto profético representa la reacción de un Dios hastiado:
Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; más él que en mí confía tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo monte.
La gran paradoja—mejor dicho, una de un número contado de paradojas espléndidas—sobre el testimonio bíblico, es que la estabilidad y la confiabilidad no resultan de programas humanos. Al contrario, aquellos fines que son dignos de la atención y del anhelo de corazones humanos normalmente vienen como regalos desde arriba, recibidos por personas y comunidades que han sabido confiar y esperar mientras otros corren de allá para acá sin ninguna dirección.
Semejantes personajes figuran en este texto como los que reciben de las manos de YHVH la tierra por heredad y la posesión de mi santo monte.
BUENAS HERMANO DAVID!!! deseo que estes super bien!!! MUY INTERESANTE este tratado…para REFLEXIONAR! Como dice el teólogo JOHN STTOT:”CREER ES TAMBIÉN PENSAR”…que BUENO Y PACIENTE es JESUS!!! a mi realmente me asombra su BONDAD!!! también me biene a la mente una FRASE que he escuchado repetidamente desir al profesor: HECTOR LEITES:”TENEMOS QUE VOLVER A LA PALABRA DE DIOS”.Me bendisen grandemente tus escritos y me gustaria mucho leer tus libros! Muchas bendiciones para ti! Atte.desde URUGUAY te mando un cordial saludo.Angelo Gabriel.