Si los versículos 1-5 insinúan que la subyugación por parte de YHVH de los ‘pueblos fuertes’ y las ‘naciones despiadadas’ podría ser en realidad para su propio beneficio, el amplio alcance que insinúa se hace casi indiscutible en los versículos 6-10.
En el texto que sigue, he añadido énfasis a cada referencia a todos/as (en hebreo כל), junto con los sustantivos implicados por este descriptor.
Y el Señor de los ejércitos preparará en este monte para todos los pueblos un banquete de manjares suculentos, un banquete de vino añejo, pedazos escogidos con tuétano, y vino añejo refinado.
Y destruirá en este monte la cobertura que cubre todos los pueblos, el velo que está extendido sobre todas las naciones.
Él destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra, porque el Señor ha hablado.
Y en aquel día se dirá: He aquí, este es nuestro Dios a quien hemos esperado para que nos salvara; este es el Señor a quien hemos esperado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación.
Porque la mano del Señor reposará en este monte.Isaías 25.6-10 (LBLA, énfasis añadido).
A pesar de este amplio resultado redentor, el texto no pierde de vista una tenaz particularidad. Lo vemos al menos en tres aspectos.
En primer lugar, el monte Sión sigue siendo el escenario. YHVH destruirá ‘en este monte la cobertura que cubre todos los pueblos…’ (7). La declaración culminante del pasaje -si consideramos el discurso inmediatamente posterior y bastante más hosco contra Moab como algo separado- declara que ‘la mano de YHVH se reposará en este monte’ (10).
En segundo lugar, Jacob/Israel sigue estando en el centro de la causalidad. El banquete universal que se describe aquí parece estar supeditado a que YHVH quite ‘el oprobio de su pueblo… de sobre toda la tierra’. No hay razón para imaginar que ‘su pueblo’ tenga un significado distinto del convencional. Sin embargo, cuando quita el oprobio de Jacob, el beneficiario es todo el mundo. Paralelamente a las cláusulas circundantes que son más explícitas sobre el destino bendito de las naciones, ‘de toda la tierra’ se refiere muy probablemente a esos pueblos, así como al propio Jacob.
Por último, el estribillo que se anticipa ‘en aquel día’ debe describir retrospectivamente la experiencia de Jacob/Israel, en lugar de la última inclusión jubilosa de ‘todos los pueblos’:
Y en aquel día se dirá: He aquí, este es nuestro Dios a quien hemos esperado para que nos salvara; este es el Señor a quien hemos esperado; regocijémonos y alegrémonos en su salvación.
Isaías 25.9 (LBLA)
Como tantas veces y de tantas maneras a lo largo del extenso libro llamado Isaías, aquí la restauración de Jacob representa de algún modo la restauración de todas las naciones. O quizá de todas menos una. En 10b-12 sigue el terrible sometimiento de Moab. La separación editorial de la NBLA de esa oscuridad de la luz anterior de este oráculo se realiza sin apoyo del Texto Masorético. Puede que la Visión de Isaías se resista visceralmente a las utopías que apartan su mirada de una especie de resistencia final, funesta y deprimente que al final sólo puede ser sofocada por la fuerza renuente.