El número cuatro de los cuatro ‘cantos del siervo’ es el más oscuro de todos.
Así dice el Señor: «A la madre de ustedes, yo la repudié; ¿dónde está el acta de divorcio? ¿A cuál de mis acreedores los he vendido? Por causa de sus iniquidades, fueron ustedes vendidos; por las transgresiones de ustedes fue despedida su madre. ¿Por qué no había nadie cuando vine? ¿Por qué nadie respondió cuando llamé? ¿Tan corta es mi mano que no puede rescatar? ¿Me falta acaso fuerza para liberarlos? Yo seco el mar con una simple reprensión, y convierto los ríos en desierto; por falta de agua sus peces se pudren y se mueren de sed. A los cielos los revisto de tinieblas y los cubro de ceniza».
El Señor omnipotente me ha concedido tener una lengua instruida, para sostener con mi palabra al fatigado. Todas las mañanas me despierta, y también me despierta el oído, para que escuche como los discípulos. El Señor omnipotente me ha abierto los oídos, y no he sido rebelde ni me he vuelto atrás. Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban, mis mejillas a los que me arrancaban la barba; ante las burlas y los escupitajos no escondí mi rostro.
Por cuanto el Señor omnipotente me ayuda, no seré humillado. Por eso endurecí mi rostro como el pedernal, y sé que no seré avergonzado. Cercano está el que me justifica; ¿quién entonces contenderá conmigo? ¡Comparezcamos juntos! ¿Quién es mi acusador? ¡Que se me enfrente!
¡El Señor omnipotente es quien me ayuda! ¿Quién me condenará? Todos ellos se gastarán; como a la ropa, la polilla se los comerá.
¿Quién entre ustedes teme al Señor y obedece la voz de su siervo? Aunque camine en la oscuridad, y sin un rayo de luz, que confíe en el nombre del Señor y dependa de su Dios.
Pero ustedes que encienden fuegos y preparan antorchas encendidas, caminen a la luz de su propio fuego y de las antorchas que han encendido. Esto es lo que ustedes recibirán de mi mano: en medio de tormentos quedarán tendidos (N.V.I.).
Podemos destacar dos aspectos importantes—o conectores—los cuales evidencian cómo esta ‘canción’ toma su lugar como un elemente que se dirige al dilema de Israel/Judá.
En primer lugar, el texto continúa su fascinación reiterada con ‘el fatigado’, aunque el referente al que se añade esta descripción, bien puede variar. Aquí el siervo declara que YHWH le ha provisionado de una capacidad de hablar, para poder ‘sostener con mi palabra al fatigado’.
Esto añade ambas luz y sombras a la cuestione de identidad, ya que evidentemente son los cautivos judaítas que han de ser liberados del agotamiento o, mejor dicho, restaurado y renovados para que no sea la fatiga que les establezca su identidad. Aquí, el mismo siervo, recién identificado como Jacob/Israel, parece estar fuera de la experiencia de este remanente; el siervo le habla vida y vigor. En esta canción, el texto admite que el agotamiento toca la vida de la gente. Sin embargo, la palabra del siervo sostiene al desfallecido para que él o ellos no sucumban.
Segundo, existe una conexión adicional con la experiencia de Judá/Israel, en la misma dimensión que una fotografía corresponde con su negativo. Por ejemplo, el famoso encargo del profeta en el capítulo seis, contempla tanto el ensordecedor judicial como el cegamiento punitivo del pueblo. Habiendo elegido no tomar conocimiento y entendimiento, ahora se entregan a la extremidad de su lógica elegida. El profeta está encargado de llevar a cabo ese juicio.
Aquí, sin embargo, el siervo declara que ‘mañana por la mañana (YHWH) despierta, despierta mi oído para que oiga como los que son enseñados ‘. ¡El contraste es casi sorprendente! YHWH fue el agente causante de la pérdida de auditiva del pueblo. Aquí, por contraste, YHWH capacita a su siervo, para que escuche y aprenda.
Detalles adicionales de la auto-definición del siervo continúan esta relación divergente con el pueblo, tal como los hemos conocido en los pasajes condenatorios que se multiplican en la primera parte del libro. La siguiente afirmación merece especial atención:
No he sido rebelde (מרה); ni me volví atrás (אחור לא נסוגתי).
El verbo hebreo utilizado de la negativa del siervo para rebelarse contra la dura comisión de YHWH (מרה), abunda en descripciones acerca de la rebeldía del pueblo. El siervo rechaza ser como ellos. El contraste yuxtapuesto no puede ser accidental.
Del mismo modo, las dos palabras claves en la declaración del siervo ‘ni he vuelto (סוג) atrás (אחור)’ convierte en un sub-dialecto virtual de la rebelión a lo largo de la extensa aventura literaria de este libro. ‘Las personas pecadoras’, los idólatras, y— significativamente—la justicia misma, se vuelven atrás.
No así el siervo. El libro afirma que, muy a diferente de Israel/Judá, esta figura ni se rebela ni retrocede, pese al áspero camino que establece YHWH para él.
Al mismo tiempo, él habla una palabra refrescante y alentadora a los fatigados entre el pueblo.
Veremos evidencia de la proximidad íntima del siervo con el propio YHWH, como un aspecto de su ser y su llamado. Pero ya en las ‘canciónes del siervo ‘, observamos—en el otro horizonte de su existencia—que él llega a ser y declara vida a un remanente cansado que está destinado a experimentar cosas mejores.
No obstante, tan cerca como esta identificación con la gente o algún subconjunto de esa gente, el siervo se niega a ser obstaculizado pese a la obstinada necedad que separa a Israel/Judá del Creador quien se convertiría en el Redentor de esa nación.
Una claridad progresiva y un enigma abundante, continúan fluyendo simultáneamente a través de la descripción que el libro aporta de esta figura desconcertante.
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