Una reflexión devocional compartida en el Seminario Bíblico de Colombia
Oración @ Lunes: 26 julio 2021
¿En qué espíritu oramos? ¿En qué postura oramos? ¿Con cuál actitud oramos?
Me parece que casi podríamos substituir la palabra ‘vivimos’ por ‘oramos’, pues nuestras oraciones son un elemento intégral de la vida. Son parte de en lugar de un escape de.
Y si nuestras respuestas a estas inquietudes reflejan el espíritu en que vivimos, la postura en la que vivimos, la actitud con la cual vivimos, pues, la pregunta que suelto va más allá de lo exclusivamente litúrgico y alcanza lo existencial:
¿En qué postura vivimos?
Confieso que esta reflexión reciente de mi parte tiene su génesis en un momento de molestia. En estos días me he vuelto más consciente de que las palabras de despedida comunes y corrientes con las que concluimos una conversación en mi país de origen son estas: ‘Be safe…’ Las voy a traducir como ‘Cuídate’, aunque los que entienden los dos idiomas que compartimos ustedes y yo sabrán que ‘Cuídate’ no es una traducción literal de Be safe. Pero tampoco traiciona la idea al traducirla.
‘Be safe…’ … ‘Cuídate’.
Supongo que un alma más benigna que la mía consideraría que estas palabras son bonitas expresiones de afecto y de buenos deseos. Y, sin duda, lo son. Aun yo puedo reconocer la veracidad de esta evaluación más generosa de los hechos.
Pero a la vez, me parece que una cultura cuya máxima expresión de buenos deseos a la conclusión de una conversación es que nada peligroso le afecte al compañero—Be safe…—es una cultura empobrecida.
Mientras me permito semejantes oscuras y pesimistas reflexiones sobre la cultura en que nací, mi lectura diaria del libro de Isaías me lleva al capítulo 51. Leo para nuestra contemplación un trozo de este pasaje, que aparece en esa sección del libro donde la voz profética labora a todo volumen y con todo instrumento retórico que está a su alcance. Su intención es, convencer a los exiliados en Babilonia a que se atrevan a dejar lo más o menos cómodo para arriesgar la gran aventura de volver a Judá … de caminar con Yahvé en sentido de un futuro desconocido que sí vale la pena y los esfuerzos que esta vida requiere.
Uno capta en tales líneas que la vida de los redimidos es toda una aventura en presencia de un Dios Guerrero que posee sueños grandísimos:
51.9 ¡Despierta, brazo del SEÑOR!
¡Despierta y vístete de fuerza!
Despierta, como en los días pasados,
como en las generaciones de antaño.
¿No fuiste tú el que despedazó a Rahab,
el que traspasó a ese monstruo marino?
10 ¿No fuiste tú el que secó el mar,
esas aguas del gran abismo?
¿El que en las profundidades del mar hizo un camino
para que por él pasaran los redimidos?
11 Volverán los rescatados del SEÑOR,
y entrarán en Sión con cánticos de júbilo;
su corona será el gozo eterno.
Se llenarán de regocijo y alegría,
y se apartarán de ellos el dolor y los gemidos.
Isaías 51.9-11
No acepto que un pueblo que escucha, atiende y canoniza tales palabras reduzca sus mejores deseos para el compañero de camino a Be safe…
A la luz de pasajes como este, ‘Cuídate’ o ‘Be safe’ parece ser la ofrenda final de una cultura exhausta y sin sueños santos … muy lejos de aquella solidaridad vigorizante con Dios y con la comunidad que es el alimento de los peregrinos.
Confieso que este perspectiva que se posesiona de mí en estas semanas es un poco cruel. No le sobra empatía, eso es evidente. Es demandarle más a una sencilla despedida de lo que uno debería de exigir.
Sin embargo, en ese mismo espíritu crítico y para efectos de nuestra reflexión pre-oración esta mañana, sugiero una alternativa:
Hagamos el experimento, aun solo por un día, de despedirnos con palabras como estas: ’Sé valiente.’ ’Sufra con nobleza’. ‘Sea atrevido’; o, mi preferido, ’Toma riesgos’.
Creo que estas despedidas alternas honrarían con mayor integridad al Dios que ’seca el mar’, que ‘despedaza a Rahab’, que ‘en la profundidades del mar hace un camino para que por él pasen los redimidos’.
Y si fuéramos a vivir así, por supuesto oraríamos con ese mismo apetito por el peligro, por el riesgo, por las grandes aventuras a las cuales Yahvé nos convoca.
Concluyo estos pensamientos, entonces, con esta despedida que de una vez nos prepara para orar:
Tomen riesgos…
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