Joaquín Sabina, his band, and his audience shine on this 2001 double-CD live performance. The first disk is labeled acústico, the second eléctrico. Both display Sabina’s captivating stage presence and his knack for telling the story of regular people caught up by irregular forces like that of love itself. This balladesque touch puts one in mind of Juan Luís Guerra, a very different musician but a close cousin when it comes to musical narrative touched with glimmers of Latin America’s signature realismo fantástico.
‘Yo me bajo en Atocha’ is a stunningly beautiful tribute to the enigma that is Madrid. ‘Princesa’ is as bitter and biting as ‘Atocha’ is fluid with exquisite nostalgia.
In the poetic ‘trova’ genre where Sabina does his most compelling work, it is difficult to choose ‘best’ songs. The poetry emerges from nearly every one of life’s crevices, the damp shady leaks as well as the sunlit cracks. Still, the mini-anthology comprised of ¿Quién me he robado el mes de abril?’ and ‘Así estoy yo sin ti’ qualifies as a high point by any measure. What muse afflicts a man with just this lilting, pensive, ironic genius? How does such beauty find its perfect setting in the most understated, unhurried musicality? ‘Abril’ represents one of Sabina’s finest moments and the crowd on this live album knows it. Its response is both energetic and reverent as the artist delivers himself of this love-lorn sentiment:
En la posada del fracaso,
donde no hay consuelo ni ascensor,
el desamparo y la humedad
comparten colchón
y cuando, por la calle,
pasa la vida, como un huracán,
el hombre del traje gris
saca un sucio calendario del
bolsillo y grita
¿quién me ha robado el mes de abril?
¿Pero cómo pudo sucederme a mí?
¿Quién me ha robado el mes de abril?
Lo guardaba en el cajón
donde guardo el corazón.
La chica de BUP casi todas
las asignaturas suspendió
el curso en que preñada
aquel chaval la dejó y cuando en la pizarra
pasa lista en profe de latín
lágrimas de desamor
ruedan por la página de un bloc
y en él escribe
¿quién me ha robado el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí?
¿Pero quién me ha robado el mes de abril?
Lo guardaba en el cajón
donde guardo el corazón.
El marido de mi madre
que en el último tren se largó
con una peluquera
veinte años menor
y cuando exiben esas risas
de Instamatic en París,
derrotada en el sillón,
se marchita viendo Falcon Crest
mi vieja y piensa
¿quién me ha robado el mes de abril?
¿Cómo pudo sucederme a mí?
¿Pero quién me ha robado el mes de abril?
Lo guardaba en el cajón
donde guardo el corazón.Extraño como un pato en el Manzanares,
torpe como un suicida sin vocación,
absurdo como un belga por soleares,
vacío como una isla sin Robinson,
oscuro como un túnel sin tren expreso,
negro como los ángeles de Machín,
febril como la carta de amor de un preso…,
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Perdido como un quinto en día de permiso,
como un santo sin paraíso,
como el ojo del maniquí,
huraño como un dandy con lamparones,
como un barco sin polizones…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Vencido como un viejo que pierde al tute,
lascivo como el beso del coronel,
furtivo como el Lute cuando era el Lute,
inquieto como un párroco en un burdel,
errante como un taxi por el desierto,
quemado como el cielo de Chernovil,
solo como un poeta en el aeropuerto…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Inútil como un sello por triplicado,
como el semen de los ahorcados,
como el libro del porvenir,
violento como un niño sin cumpleaños,
como el perfume del desengaño…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Amargo como el vino del exiliado,
como el domingo del jubilado,
como una boda por lo civil,
macabro como el vientre de los misiles,
como un pájaro en un desfile…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
‘Medias negras’ delivers a Sting-like retrospective of a guy’s folly before a woman’s beauty. ‘Donde habita el olvido’ does the same, but with a penetrating spasm of what might have been possible si hubiera sabido decir ‘te necesito’.
Sabina savors the bitterness of love gone wrong like few others. The title track, ‘Nos sobran los motivos’, wounds knowingly and therefore the more chillingly. Poetic intelligence seldom rises above this level:
Este adiós no maquilla un hasta luego,
este nunca no esconde un ojala,
estas cenizas no juegan con fuego,
este ciego no mira para atrás.
Este notario firma lo que escribo,
esta letra no la protestaré,
ahórrate el acuse de recibo,
estas vísperas son las de después.
A este ruido tan huérfano de padre
no voy a permitirle que taladre
un corazón podrido de latir.
Este pez ya no muere por tu boca,
este loco se va con otra loca,
estos ojos no lloran más por ti.Esta sala de espera sin esperanza,
estas pilas de un timbre q se secó
este helado de fresa de la venganza
esta empresa de mudanza
con los muebles del amor.Esta campana mora en el campanario,
esta mitad partida por la mitad,
estos besos de Judas,este calvario,
este look de presidiario,
esta cura de humildad.Este cambio de acera de tus caderas,
estas ganas de nada menos de tí
este arrabal sin grillos en primavera,
ni espaldas con cremalleras,
ni anillos de presumir.Esta casita de muñecas de alterne
este racimo de pétalos de sal
este huracán sin ojos que lo gobiernen
este jueves,este viernes
y el miércoles q vendráNo abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber q éstos son
los últimos versos q te escribo,
para decir “con Dios” a los dos
nos sobran los motivos.Este nido de pájaro disecado
este perro andaluz sin domesticar
este trono de príncipe destronado
esta espina de pescado
esta ruina de Don Juan.Esta lágrima de hombre de las cavernas
esta horma de zapato de Barba Azul,
que poco rato dura la vida eterna
por el túnel de tus piernas,
entre Córdoba y Maipú.Esta guitarra cínica y dolorida
con su terco knock,knockin’on heaven’s door,
estos labios q saben a despedida
a vinagre en las heridas
a pañuelo de estaciónEste ladrón aparcado en tu toga
la rueca de Penélope en Luna Park
estos celos que sueñan que te desnudan
esta caracola viuda
sin la pianola del mar.No abuses de mi inspiración.
Sabina is among that select category of intelligent artists whose body of work repays every new hearing of it.
A live album may not be the best entrée for those who are new to this remarkable Iberian musician. Yet the intimacy between singer and audience that this live double album dispays is itself a part of the Sabina phenomenon and much to be enjoyed.
Voilá, an artist whose way with a song never grows old but rather, paradoxically, becomes ever more inviting with each return.
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