Más allá de todos aquellos indicios y transiciones que han aparecido hasta ahora, encontramos en el capítulo 40 del libro de Isaías la más contundente promesa de una pronta restauración y un retorno que rasga la escena a todo color. La voz misteriosa del que clama anuncia que todos los obstáculos a lo imposible, serán eliminados.
Una voz proclama: ‘Preparen en el desierto enderecen en la estepa un sendero para nuestro Dios. Que se levanten todos los valles, y se allanen todos los montes y colinas; que el terreno escabroso se nivele y se alisen las quebradas. Entonces se revelará la gloria del Señor, y la verá toda la humanidad. El Señor mismo lo ha dicho’ (Isaías 40:3-5 N.V.I.).
Para una persona como yo, amante de las montañas y que se considera devoto caminante de las laderas escabrosas, toma tiempo acostumbrase a la imagen que nos proporciona el profeta. A diferencias de la montaña, no hay romance en el desierto. El propósito del texto es sencillamente establecer que ningún obstáculo para la redención del pueblo de YHWH ha de ser tolerado.
La nueva carretera del desierto será recta. No hay tiempo que perder para cincelar elegantes curvaturas a través del desierto.
Los valles serán levantados, los montes y las colinas descenderán. La gente deberá regresar a casa sin las aflicciones de valles inhóspitos que harán su ruta más lenta.
El autor del texto ha determinado que lo recto y lo nivelado mejor representan la determinación poco probable de YHWH en este caso. Nada debe restringirse. Nada se retrasará. La misericordia de YHWH que provee segundas oportunidades a su pueblo amado y rebelde, es su misterioso propósito. Para aludir a otra frase isaiánica, ello permanecerá.
Hay más aquí, si vamos a inspeccionar esta declaración a través de los ojos de quienes han sido entrenados para conocer los matices de la retórica isaiánica. Los verbos del versículo 4 se familiarizan con el lector de Isaías.
Que se levanten todos los valles (en hebreo: נשא) y se allanen todos los montes y colinas (en hebreo: שפל); que el terreno escabroso se nivele y se alisen las quebradas. El terreno irregular se volverá nivelado, y el áspero pondrá una llanura. (Isaías 40:4)
En este libro, florece la retórica isaiánica de levantar y bajar. La observación crítica es que estos vocablos hablan más a menudo de las alturas del corazón humano. Es el lenguaje del escrutinio moral, el vocabulario que el profeta ensancha para describir a las personas arrogantes y humildes y las promesas de YHWH de ‘bajar’ a las primeras y ‘elevar’ las últimas.
Un ejemplo o dos pueden ayudarnos aquí.
Los ojos del altivo serán humillados (שפל) y la arrogancia humana será doblegada. ¡En aquel día solo el Señor será exaltado!
Un día vendrá el Señor Todopoderoso contra todos los orgullosos y arrogantes, contra todos los altaneros (נשא) para humillarlos (שפל); contra todos los cedros del Líbano, arrogantes y erguidos (נשא), contra todas las encinas de Basán, contra todas las montañas altivas (נשא); contra todas las colinas erguidas; La altivez del hombre será abatida, y la arrogancia humana será humillada (שפל). En aquel día solo el Señor será exaltado (Isaías 2:11–14, 17 N.V.I.)
He destacado sólo el cruce preciso en el lenguaje. Si ampliáramos nuestro ejercicio a un nivel de confluencia conceptual, la superposición sería aún más evidente.
Y otra vez, en el capítulo cinco:
El hombre será humillado, la humanidad, doblegada (שפל), y abatidos (שפל) los ojos altivos (Isaías 5:15 N.V.I.).
Estas dos selecciones son simplemente un par entre muchos.
Parece muy probable entonces que, cuando el profeta habla de los obstáculos topográficos sacados del camino de Judá, mientras contemplan lo que significaría volver a casa, está señalando la oposición de las personas y sus maquinaciones contra el propósito de YHWH para el remanente de Judá que será inerte. Si la aplicación de estas imágenes a los seres humanos no agota sus capacidades, por lo menos las enfoca.
Hay otro detalle que parece formarse con esta comprensión. En el versículo cuatro, es todo monte y colina que descenderá. La palabra en cursiva traduce hebreo גבעה (giv’ah). Esto se relaciona al menos auditivamente y es probable que también etimológicamente, con dos de las características palabras isiánicas para mostrar la arrogancia o altivez: גבהּ / (gava[c]h) y גבהות / gavhut). De hecho, en 2.11 (citado anteriormente), se forma explícita que los ojos altivos (גבהות עיני) del hombre serán abatidos (el ahora familiar שפל).
El profeta de YHWH de hecho está ‘hablando al corazón de Jerusalén’, como el texto convoca a destinatarios sin nombre. Si Judá debe abrazar las misericordias restauradoras de YHWH, primero su pueblo debe aceptar que las naciones son como polvo. Nadie externo a la nueva conversación de YHWH con su pueblo, evitará que lo bueno que él ha determinado para ellos llegue.
Esto es como decirle a la hormiga que el elefante de enorme patas no tiene nada que decir sobre su futuro. Fue casi imposible creer en aquel entonces. Impone hoy nuestra credibilidad, ya que el texto resuena en nuestra alma y desafía a nuestras pequeñas Babilonias.
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